Juan Cruz iba de camino hacia la capilla cuando
escuchó una voz de alarma que venía de la parte principal, la que él acababa de
abandonar. Se giró y vio mucho movimiento en dicho edificio, se dio la vuelta
de nuevo y vio salir a algunos monjes de la capilla. Al verse en peligro
decidió esconderse y el mejor sitio que encontró para hacerlo fueron unas matas
de tomates que se encontraban a su derecha. Desde allí podía observar a los
monjes que habían salido de la capilla pero ellos no lo verían a él.
Antes de llegar al edificio principal se dieron la
vuelta y volvieron a la capilla. Mientras que los monjes habían ido hacia la
parte principal los rezos no habían cesado; incluso se habían incrementado.
¿Por qué rezarían a aquellas horas de la noche? Sin duda este era el sueño más
raro que había tenido nunca.
Su error es pensar que todo eso es un sueño...
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